Tener a tu bebé en brazos es maravilloso pero al principio puede dar un poco de temor. Como todos los padres primerizos te preguntarás si lo estás sujetando correctamente. Hay varias maneras de hacerlo:

a. Apoyado en tu antebrazo boca abajo.
b. Apoyando en tu antebrazo boca arriba.
c. Sobre tu pecho, de forma vertical y sujetando su cabecita.
d. Evita moverlo demasiado aunque sea jugando para hacerlo reír.
Sigue una rutina consistente y tranquilizante a la hora de acostarte. La sobreestimulación por la noche puede dificultar que tu bebé se calme para dormir. Prueba con un baño tibio, cantarle una canción, escuchar música tranquila o leer. Comienza estas actividades antes de que tu bebé esté demasiado cansado, en una habitación tranquila y con iluminación tenue.
Los mejores remedios son el frío y la presión: El primero entumece el área, y la presión proporciona una sensación contraria que les sienta bien. Puedes mojar un paño limpio, meterlo en el congelador por 30 a 60 minutos y dejar que tu bebé lo muerda. O puedes enfriar unos anillos de dentición, aliviarán rápidamente su malestar.
Actualmente existen distintas soluciones para vigilar a los pequeños que van en esta posición, como los espejos colocados en los asientos traseros para que, en combinación con los espejos interiores, podamos ver al niño. Otro truco casero “reconocido” por los padres en los casos en los que el niño necesita ver a la madre es colocar una foto en el respaldo del vehículo.
El portabebés es la primera silla de auto que usará tu bebé desde que es un recién nacido hasta aproximadamente los 12 meses de edad, con una diferencia de unos meses más o menos en función de la altura. La orientación más práctica que podemos ofrecerte sobre el momento adecuado para cambiar la silla es: cuando el punto superior de la cabeza del bebé alcance el punto más alto del sistema de retención, y cuando el bebé pueda mantener la cabeza erguida, ha llegado el momento de pasar al siguiente nivel de la silla de auto.
Aunque es cierto que es muy bueno estimular a los niños desde que nacen y favorecen su desarrollo, esto no se debe confundir con forzarle a hacer cosas para las que aún no está preparado.

Por ejemplo, sentarle. Según las estadísticas los bebés comienzan a sentarse en torno a los 6 meses y logran un control en esta postura hacia los 8 meses. Pero estos son datos medios, que no se pueden aplicar a todos los niños. Cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo y hay que respetarlo. Así, unos conseguirán sentarse antes mientras que otros lo harán un poco más tarde, sin significar nada malo ni problemas de desarrollo.
El chupón es uno de los artículos más usados por la mayoría de los bebés en su primer año de vida. Les tranquiliza, les relaja, cubre su necesidad de succión “no nutritiva”… Pero como todo, tiene sus ventajas y sus riesgos.

Una de las ventajas de usar chupete es que es un factor protector del Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante.

No conviene ofrecer el chupón a los bebés hasta que la lactancia esté bien establecida. El chupón puede plantea problemas si se utiliza en los primeros días de vida del bebé, ya que puede dificultar que se agarre bien al pecho. Desde entonces, puede ser útil para los niños más irritables, ya que les calma y les reconforta.
En el embarazo hay dos tipos de personas: en las que aumenta la libido y las que temen sostener relaciones sexuales. En cualquier caso, durante el embarazo “no abandone la sexualidad; entre menos sexo, más se reduce el deseo. El embarazo no es una enfermedad; el sexo tampoco, a menos que el médico lo prohíba. Aunque es entendible que los primeros días la mujer está dedicada a descansar y cuidar el niño, además de que su condición física no le permite tener relaciones, hay un momento en el que es necesario que padre y madre estén juntos.
Puede resultar peligroso calentar en microondas los biberones que contienen preparados para lactantes o leche materna. Por eso, no debes calentarlas nunca de esa manera. En cambio, puedes colocar los biberones en una cacerola con agua tibia (sin colocarla sobre la hornilla) y luego probar la temperatura de la leche volcando unas gotas en el dorso de tu muñeca antes de alimentar al bebé. También puede comprar calentadores de biberones para usar en su casa o en el auto.
Puedes guardar la leche que sacas de tus pechos, ya sea con un sacaleches o en forma manual, en el congelador. Sin embargo, es importante que la guardes en biberones o recipientes limpios y estériles, a los que debe colocarles una etiqueta con la fecha en que se sacó la leche. No debes agregar leche fresca a la leche que ya está congelada.
Sí, los bebés recién nacidos tienen la piel más delgada, por eso requieren hasta 12 cambios de pañal al día (uno nuevo cada dos horas). Para evitar irritaciones, después de cada cambio lávalo con agua tibia y sécalo bien. Es bueno dejar al bebé un rato sobre un protector pero sin pañal para que su piel descanse.
Sí, si tienes un niño cuando le cambias el pañal colócale un pañito sobre su pene para que reciba la orina en caso de que a tu pequeño se le antoje hacer pipí en ese momento. A la hora de limpiarlo, abarca tanto el pene como los pliegues. Si tienes una niña, límpiala siempre desde la parte de adelante hacia atrás, es decir, de la vagina al ano, para evitar posibles infecciones.
Los especialistas recomiendan realizar el primer baño del bebé cuando tenga entre 7 y 15 días de nacido. En ese tiempo ya se le ha caído el cordón umbilical y, por lo tanto, se evitan posibles infecciones. Además, la duración del baño no debe ser larga: no más de 5 minutos.
La temperatura debe estar entre los 36º y los 37º. Para controlarla, los padres deben tocar el agua con el codo o el antebrazo, ya que las manos están siempre acostumbradas al cambio de temperatura.

Por otro lado, la cantidad de agua debe ser aproximadamente de 10 centímetros. Así, el bebé estará apoyado en la bañera y podrá realizar movimientos sin correr riesgos.
No abuses de las cremas, aunque deben utilizarse tras el cambio en aquellos niños con tendencia a irritaciones o dermatitis en esa zona. Procura dejarle a menudo sin pañal para que esté fresco. Recurre al tradicional método del agua y jabón.
Existen muchos factores para determinar cuántos pañales de cada talla necesitará tu bebé. El peso, la forma, la talla y la tasa de crecimiento de cada bebé son únicos. Tú eres quien mejor puede juzgar esto de acuerdo con las necesidades de tu bebé.
Su labor como padres es rodear a su hijo de cariño y proporcionarle comida, un espacio sin estrés donde dormir a gusto y un entorno limpio y seguro en el que pueda explorar a sus anchas. Por ello, es importante priorizar la limpieza y desinfección sobre el orden, teniendo especial cuidado en la cocina y en el baño.
Los cólicos son ataques de llanto de inicio repentino, sobre todo durante la tarde y la noche, pueden durar desde minutos a varias horas. El bebé suele encoger las piernas sobre el abdomen y cerrar los puños, manteniéndose vigoroso y con la cara enrojecida por el esfuerzo. Cuando el llanto cede, se vuelve a encontrar con un aspecto normal. Un suave masaje en la espalda o en el abdomen puede ayudar.
El mejor sitio para tomar la temperatura al bebé es la axila. La toma rectal también es muy precisa, pero a muchos niños no les gusta que les sujeten los tobillos (hay que hacerlo mientras dura la medición para que no se muevan). Esta técnica no se debe utilizar si el bebé tiene diarrea o irritación.

Además, la temperatura no se manifiesta de igual forma en todo el cuerpo. En el recto el termómetro registra medio grado más que en la axila o la ingle. Esto no es constante durante todo el día: por la tarde, incluso en las personas sanas, puede haber una variación al alza de entre 0,4 y 0,8 ºC respecto a la mañana.
Siempre debe dormir boca arriba como medida de prevención de la muerte súbita. Ponerle de lado no es muy recomendable, ya que es una postura difícil de mantener para los bebés, que se pueden mover y quedar boca abajo. Cambia de postura su cabecita para evitar causarle deformidades posturales del cráneo.

Dormir boca abajo duplica el riesgo de muerte súbita. La posición de lado tampoco es segura. Cuando esté despierto, es recomendable que pase todos los días un rato boca abajo, con vigilancia, para facilitar el desarrollo motor.
En los primeros días y semanas, el estímulo auditivo es el que percibe mejor, así que ponerle música suave de cualquier tipo, si es posible, y/o canciones de melodías de cuna, es excelente. También es aconsejable colgarle algo en la parte superior de la cuna, donde permanece la cabeza, para que fije la mirada.
El objetivo principal de la estimulación temprana es crear nuevas conexiones neurológicas que en la repetición se fortalezcan. De esta forma , la estimulación temprana apoya el desarrollo del niño para que sea lo más completo posible además se propone crear nuevos intereses en el niño que también le acompañaran y le ayudarán a acercarse a diferentes áreas de la vida.
Optimiza el espacio, prepara su habitación con mimo y hazte con todos los elementos imprescindibles para su cuidado. Con el nacimiento de tu bebé llega la revolución a tu vida, y también una serie de cambios que deberás hacer, en los meses previos a su llegada, para que todo sea confort, comodidad y armonía en la medida de lo posible.
Durante el primer día de vida, y en ocasiones también durante el segundo, el bebé libera una sustancia de color verde oscuro o negro y con la consistencia de un puré viscoso, llamado meconio. El meconio es la sustancia que ocupa los intestinos del pequeño mientras se halla en el vientre de su madre. En casos saludables, no lo expulsa hasta después del nacimiento. Los excrementos que vienen después no son muy diferentes: de color verdoso, cada vez más claro a medida que pasan los días, y la consistencia también es como la de un puré.
La Academia Americana de Pediatría desarrolló la siguiente lista de situaciones y recomendaciones a tener en cuenta, para saber cuando es necesario llamar al pediatra inmediatamente.

Si tu hijo presenta alguno de los siguientes síntomas, no dudes en comunicarte con el médico que lo atiende, sin importar las veces que debas insistir hasta que te atienda.

-Vómitos y diarrea que duran varias horas en un niño de cualquier edad.
-Erupciones en la piel, sobre todo si están acompañadas de fiebre.
-Cualquier tipo de tos o resfriado que no mejore en varios días.
-Cortes o heridas que necesiten sutura.
-Dolor de oído con fiebre, o secreciones en ellos.
-Fiebre que supera los 38 °C o más.
-Fiebre y vómitos simultáneos.
-Sangre en la orina o en las heces.
-Diarrea con sangre.
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